Sólo un "hasta luego"

El curso concluye y este blog se despide... pero sólo hasta septiembre. Las razones que me han llevado a decidirme a continuar con él, el taller de prensa y la revista que llevan su nombre, las recogen bien estas palabras de Mario Benedetti:


LA GENTE QUE ME GUSTA

Primero que todo

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

Gracias a toda esa gente.
Disfrutad el verano y nos vemos a la vuelta.

Elisa Martín Monteserín



Poesía n'asturianu

Ye persabío que la pallabra “POESÍA” produz nos más de los escolinos efeutos secundarios de distinta triba: somnolencia, ansiedá, alloriamientu, voltura…y otros munchos que nun vien al casu numberar equí. Sicasí, una ye sabedora de que nun se pue dexar de tomar un tratamientu por mieu a los efeutos dañibles qu’ésti puea tener. Asina que, aprovechando l’ofrecimientu de collaboración de Miguel Rojo en dalguna actividá d’asturianu, propúnxe-y facer un taller de poemes colos escolinos de Llingua asturiana de 1u ESO y de 1u Bachilleratu, a los que s’amestaron los escolinos de 3u de Diversificación. Y asina se fixo.

L’actividá pensóse pa responder a dos fines: averar a los escolinos a la poesía d’anguaño y facer que los alumnos calzaren los zapatos del poeta. Pa ello, escoyimos dalgunos poemes d’autores como Xuan Bello, Berta Piñán o el mesmu Miguel Rojo y, por pareyes, comentámoslos en clase. Cada pareya alixó’l testu que más-y prestó y, entós, entamamos a trabayar sobre él. Tratábase de construyir un poema de creación propia a partir d’ún yá esistente y paeciónos que la biblioteca yera’l llugar más afayadizu pa esta actividá.

Poro, apurrimos-yos a los chavales los poemes mencionaos, pero ensin los versos pares, qu’ellos teníen que crear. Fecho esto, quédaben-yos los versos impares, asina que copiaron los sos versos n’otra fueya y, sobre ellos, completaron la so obra.

Ye de siñalar que toos y caún de los mozos que participaron fixéronlo de mui bon grau y teo confesar que los resultaos fueron enforma meyores de lo qu’esperábemos. En resumen, que mos dexaron ablucaos.

Pa finar esta actividá, l’equipu de biblioteca, xunto con Miguel Rojo y yo mesma, actuó como xuráu y escoyó’l meyor poema de caún de los cursos participantes.

Los resultaos d’esti trabayu puen vese na biblioteca del centru.

Gemma Cueto


Última crisálida del curso



FIN DE CURSO

La foto de portada es para esta pareja de alumnos renuentes de 2º de ESO que al fin -aunque sea a fin de curso- han encontrado un quehacer satisfactorio y útil como alternativa a las clases oficiales en las que no hallan ni se les saca provecho alguno. Llevaban una buena temporada dedicados a las tareas de limpieza y transporte de material, a las órdenes de Rubén, el conserje. Pero ahora, a tenor de lo que lo que se aprecia en la foto, están literalmente felices, aplicados y entregados a su labor de pintar de blanco el aula en la que reciben, además, clases de apoyo, siguiendo, esta vez, las instrucciones de Alicia e Isabel, sus dos profesoras particulares de lujo, afanadas ellas también en sacarles lustre por partida doble al local y a sus díscolos alumnos. Toda una alegoría lectiva de los nuevos tiempos que corren en la Enseñanza: si no puedes con ellos, únete a ellos. O lo que es lo mismo: ve con la suya para salirte con la tuya. Un ejemplo de concordia, de pacto, de buen entendimiento, de interacción y de lección práctica y elemental de lo que en las altas esferas de la política, por ejemplo, se denomina alianza de civilizaciones. Probablemente estos alumnos saldrán del sistema educativo sin saber mucho de matemáticas o de lengua (un poco en blanco, como el aula que ahora pintan), pero habrán aprendido a hacer sus cálculos sobre técnicas de supervivencia y posibilidades de éxito en el mundo real con el que les toque en suerte bregar -ojalá que la tengan- y a saber expresarse, dialogar y negociar para buscar un trabajo conveniente -ojalá que lo haya- y del que puedan obtener un beneficio razonable.
La pregunta que vuela en el aire es: ¿lo habremos logrado también con los alumnos fieles al sistema y que han superado todas las pruebas programadas en el currículo? Ojalá que sí, a pesar precisamente del currículo muchas veces tan alejado de sus propios intereses y de los que la propia sociedad demanda luego, cuando salen al mundo laboral adulto.
La verdad es que sí, que la mayoría de nuestros alumnos saben bien cómo sortear obstáculos, cómo navegar en esta (es)tupida red de exámenes, de “rollos” magistrales y de “manías” docentes, cómo fabricar materiales didácticos alternativos a los libros de texto y con los que habrán de llegar triunfantes a la estación terminal de cada curso. Y este submundo underground que ellos mismos construyen -invisible casi siempre a los ojos del profesor- en el que acrisolan lo estudiado y aprendido con lo vivido y padecido es lo que verdaderamente les facultará para emerger al mundo real -que nunca habían perdido de vista, a pesar de haber permanecido confinados tantos cursos en el recinto escolar- y moverse y manejarse en él como peces en el agua y encontrar en él su puesto (de trabajo, de prestigio, de ciudadanía) y les allanará el camino para relacionarse con sus semejantes, para encontrarse consigo mismos y para ser felices, que es de lo que, al fin y al cabo, se trata en este fin de curso cíclico que es la vida.
Y un deseo antes de despedirme hasta el curso que viene: que esta “crisálida” se transforme, al fin, en “mariposa” que vuele libre en vuestro pensamiento y circule ardiente y serena a la vez por vuestra sangre. Así sea y hasta siempre.

Paco Ayala Florenciano

Desahogos

El compromiso social se hace incontenible, resulta increíble la cantidad de amigos que uno tiene cuando se trata de recibir palabras bonitas. Pero cuando de verdad se necesitan, sólo los mejores (y normalmente éstos suelen ser los más lejanos), sólo dos o tres, incluso uno, son los que dan todo por ti. Al resto, señores, se la suda; pues únicamente buscan quedar bien con adornos estúpidos y efímeros para aparentar ser importante por conocer a mucha gente. Bien, sigan creyéndose importantes y procurando "tener" muchos amigos, que un servidor se queda con los de verdad; sin popularidad, pero siendo realmente feliz, o realista a fin de cuentas, pues la felicidad no es sino un instante de ignorancia inducido por una frase carente de sentido en un contexto situado previamente. Para acabar, sólo decir que por mis verdaderos amigos daría lo que fuera, y que ellos saben quiénes son, luego no deberían preocuparse por estas líneas.
Cambiado de tema, que no de asunto. Todo en teoría resulta fantástico, hasta que nos ponemos a hacerlo. ¡Venga, intenta tocarte el codo derecho con esa misma mano!Een teoría es fácil, ¿no? Pues lo mismo para todo, es muy fácil decir "haz esto" pero ¿quién es el imbécil al que le toca hacerlo? ¡Ah! todo el mundo se siente identificado con eso...¿todo el mundo? No, en realidad pocos lo sienten, pero si lo dicen no serían populares, es siempre lo mismo. Todo lo que hacemos se guía por una sociedad en la que reina el inconformismo, y si no me creéis sólo tenéis que mirar a vuestro alrededor..."demasiado caro", "mucho trabajo", "imposible" o un simple "no". Todas son buenas excusas para quejarse, y todas suenan bien. Esto es un desastre, yo también me quejo, pero de las quejas de los demás: podrían callarse un poco, que ya no me escucho a mí mismo.
Esto parece una guardería, mucho hablar, demasiado, para lo que deberíamos ser, pues lo que en realidad somos es imbéciles (al menos yo): vamos a clase por miedo a no poder enfrentarnos al mundo exterior, no hemos visto otra cosa, y las cosas (valga la redundancia) no están para quedarse en casa sin hacer nada. Nos da pánico el ponernos a trabajar, pero nos queremos largar de casa; "no soporto a mi madre", venga machote, hazte la comida y paga todos tus caprichitos, añadiendo hipoteca/alquiler, letras, etc. a ver cuánto duras con tu título de "experto en mecanografía con dos dedos" y "máster en msn-tele-play a la vez". Si por lo menos sirvieras para camarer@, pero ni eso, porque recuerdo que tus amigos son para ganar popularidad y que odias a la gente, pues nada, se tira de módulo y hasta donde se pueda llegar "estudiando" y tirando de papi, que es lo único que sabéis hacer. Yo os quiero ver dentro de 20 años dónde acabaréis. Aunque evidentemente, no todo el mundo hace esto: hay personas que siguen y consiguen su camino, y a esa gente hay que admirarla.
Un alumno de Bachillerato

La crisálida


La Caravana /vs./ La Barraca

El pasado sábado actuaba en el Teatro Riera la recientemente fundada en Oviedo Caravana del Verso, y lo hacía con un autor de emblemático arraigo poético: García Lorca. El título de la función: Lorca eterno, consistente en una nutrida selección de sus poemas (con algún aliño narrativo y dramático) recitados por dos talludos varones y una joven mujer de voces pulcramente radiofónicas. Para romper el estatismo escénico contaban con la intervención de una bailarina que interpretaba “sui generis” algunas de sus tragedias (Bodas de sangre, Yerma...).
Y esta función me trajo a la memoria -confieso que acudí al espectáculo para rememorarlo- un evento similar producido por la también recién fundada en nuestro Instituto Compañía La Barraca, un 23 de Abril de 1998 (con objeto de conmemorar el centenario del nacimiento del poeta granadino) y con otro título: Universo Lorca 98. Esta Compañía estaba compuesta por un variado elenco de rapsodas casi a partes iguales entre profesores, alumnos y padres, y tenía por objeto retomar la primitiva Barraca lorquiana abortada por nuestra Guerra Civil. Y retomarla con su mismo espíritu (aunque no exactamente en el contenido, pues nosotros recitábamos versos y Lorca y su grupo universitario representaban teatro) que no era otro que llevar la cultura y el arte al sector de la población para el que normalmente eran inaccesibles. Y así funcionamos durante 5 gloriosos años subiendo a los más improvisados escenarios a poetas de la talla de Neruda, León Felipe, Miguel Hernández o Nicolás Guillén. Lo hacíamos por puro amor al arte, nunca mejor dicho, y conseguíamos concitar voluntades e ilusiones hasta ahora inusitadas en este minoritario campo de la poesía, especialmente las de nuestros jóvenes alumnos. Eso sí, nuestras funciones no eran un mero ejercicio declamatorio -o mejor dicho, apenas lo eran-, sino un recital vivo, fresco, imaginativo, en el que combinábamos el ritmo de la palabra lírica con la música (grabada o en directo), la dramatización y la escenografía (mínima pero elocuente: diapositivas, andamios, objetos.. Y el atuendo típico de la Barraca inicial: un mono azul con su bicolor insignia de la máscara y la rueda). ¡Qué hermosura, qué vibración biunívoca entre público y actores, qué experiencia tan vital y vitalicia!
La actual Barraca de Villaviciosa -a la que yo ya dejé de pertenecer hace varios años- se parece mucho a la Caravana de Oviedo: puro acto recitativo, pura voz expandida por altavoces, pura secuencia crónica y didáctica. Echo en falta, tanto en una como en otra, menos sujeción al texto, menos constricción verbal y más verbo hecho uno con el cuerpo, convertido también en acto, movimiento, luz, juguete, objeto y gesto con que apuntar directamente al corazón del espectador y hacerle participar, extasiarse y disfrutar del festín poético.
De todas formas, ¡bienvenida sea esta Caravana y larga vida a la Barraca! Su denodado y desinteresado esfuerzo por transmitir y difundir la poesía no tiene precio. Así que, desde esta página, mi más sincero aprecio por ambas. Este sábado, precisamente, la Caravana me resucitó unos versos eternos del Cuerpo presente (Llanto por la muerte...) que tenía olvidados pero hondamente latentes. Gracias, de todo corazón:

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.


Paco Ayala Florenciano

Recreos musicales


Se trata de actuaciones espontáneas de guitarras eléctricas de nuestro IES: Christian Fernández, Andrés Vidal y Gonzalo... 3 recreos consecutivos para alegrar los oídos y el ánimo cansado del fin de curso.
Paco Ayala

Se regala cachorro no humano


Tiene apenas un mes y aún es un sin nombre, también es ilegal porque carece de papeles, identificación o cualquier documento acreditativo de dueño. Aunque es un hijo de perra, lo que no puede remediar, no deja de ser un huérfano. Y aunque me pese decirlo, su vida cambiaría infinitamente si por fin tuviese un dueño. Tampoco pertenece a ninguna etnia o raza definida, va a ser pequeñito, peludo, pinto y macho porque lo han decidido sus genes. Es muy mimoso porque la necesidad obliga y su cabecita, de verdad, pende de un hilo muy fino. En un gesto de humanidad mira a ver si le ladras un poco, seguro que enseguida te entiende. Si estás interesado pregunta por Milio, el profe de Ciencias. (Pelotas abstenerse)

La crisálida


Querida palabra

Yo creo que el día en que verdaderamente nací fue el día en que pronuncié mi primera palabra. No sé si fue “papá” o “mamá”, pero sí sé que con ella comencé a reconocer el mundo que me rodeaba, empezando por las personas que me querían y que yo necesitaba. Hasta los 5 años mi vida era puramente oral. Recuerdo perfectamente el día en que mi padre me dijo que tenía que ir a la escuela. Estaba yo sentado en mi balancín favorito y entraba por la ventana de la farmacia un sol dorado, como mi pelo todavía de rubio infantil.
Y aprendí a escribir. Guardo como oro en paño los cuadernos en los que relataba con tan solo 10 años las excursiones que hacíamos en familia. Al regreso, mi padre nos obligaba (y obedecíamos sin rechistar) a redactar los pormenores del viaje: datos kilométricos, itinerario, topónimos, descripciones de lugares, hora de salida y de llegada... Luego él lo leía, nos aportaba o enmendaba algún detalle omitido o erróneo y nos animaba (especialmente a mí, que era el primogénito y tenía que dar ejemplo) a seguir practicando y mejorando. No sé si lo hacía para estimular en sus hijos la creatividad literaria o simplemente para que aprendiésemos a escribir bien, con soltura y corrección, herramienta imprescindible de los futuros estudiantes universitarios que mi padre pensaba hacer de nosotros. En mi caso, desde luego, logró ambos objetivos: pasión por la literatura y afán por la buena escritura. Así contaba yo un 22 de Enero de 1967 cómo había sido la excursión al nacimiento del río Mundo, excursión que dejó una huella profunda en mi fantasía sensitiva; tan es así, que aún hoy sigue siendo mi sin igual paraíso terrenal y -los senderos circulares de la vida- donde inicié mi carrera como profesor: (lo transcribo tal cual)
Salimos de Ceutí a las 10 y 5 minutos, ¡Ceutí! «siempre Ceutí» direis lectores¡ Ceutí es el pueblo donde Yo, llamado Paco, vivo. Este pueblo está en la provincia de Murcia, las calles están ahora sin asfaltar y por eso cuando llueve se llenan de barro que hace que al pasar un coche el que va por la cera se manche. Tiene escuelas. Mi papá es farmaceútico. [...] Después vimos bien vistos los Chorros que eran muchas cascadas pequeñas. Cuando empezamos a subir el monte vimos que no lo subían mi mamá ni la Marisión, les preguntamos que por qué no subían y dijeron: ¡«estamos heladas de frío»¡ y nosotros dijimos ¡«bueno subiremos nosotros solos»! (nosotros no teníamos frío) al acercarnos cada vez más a la gran catarata se veía mucho mejor...
Luego llegaron mis años de internado en el Seminario Menor. Allí descubrí la decisiva importancia de la palabra para mitigar la soledad, para saber que nunca estoy solo, que siempre la tengo a ella de fiel compañera y que con ella puedo hablar conmigo mismo e interpretar o recrear la realidad. De aquella época conservo textos como el que sigue, escrito a los 16 años:
Estoy en clase de Religión, y... ¿qué siento, qué pienso, qué me pasa? Todos se mueven, hay ajetreo, todos hablan, unos de una cosa, otros de otra, pero... ¿qué me pasa? Detrás tengo amigos, al lado enemigos, y al frente... nada. ¿Cuál es mi destino, qué me espera, qué será de mí? [...] A ti recurro, Señor, porque en el fondo yo sé que tú estás a mi lado y procuras que vuelva a ti, al camino de la luz y de la vida, al camino de la paz, al camino de la Verdad. Ayúdame en la lucha, en mi vivir, en mi camino.
Pero ahora me pregunto: ¿Quién eres tú, Señor?
(23-02-1973)

Y con 18 años ardía en amores por una chica que apenas me correspondía. Pero, al reflejarlo con palabras en mi diario, ese amor se hacía posible, casi tangible. Y, quién sabe si como fruto de mi constancia escritora, un día ese amor se hizo realidad, sólo que cambió de nombre:
Querido archilector: ¿qué podría decirte en este día yo, el que teóricamente siempre tiene algo que decir? Pues... me voy a ceñir a lo más importante, a lo que para mí constituye la esencia misma del fluir continuo del día. Un pensamiento «motriz», el «alma» que me ha ayudado a seguir con vida en este pesado mundo de frustraciones: Fina, pero no como siempre, con esa inaccesible distancia, sino como una posibilidad REAL de comunicación con ella. ¿Cómo? No lo sé, no tengo ni la más remota idea. Pero surgirá... tiene que surgir... tiene que “nacer” el “sol en la montaña”. Y ese día presiento que se acerca. No lo busco, pero lo presiento... Y ese día... ¡sería tan maravilloso!

Hoy ya no escribo diarios (aunque no hace tanto que dejé de hacerlo). A veces los releo con curiosidad y nostalgia y revivo aquellos años y me siento el protagonista de mi propia historia. Pero hoy, como ayer, sigo escribiendo por la misma razón que lo hacía entonces: para saber que existo y que hay alguien al otro lado de la página que me siente y me escucha. Dos soledades -la mía y la del lector- que, aunadas, se confunden y se trascienden.

Paco Ayala Florenciano